¿Has escuchado alguna vez esa expresión?
Me ha pasado, mi mundo se ha visto rodeado de personas sigilosas en cuanto a maldad de sentimientos se trata, y me refiero a aquellos que poseen cierta habilidad para hacer daño sin que nadie lo note, a los que te provocan en silencio logrando que los espectadores solo vean tu reacción, dejando a la vista tus emociones.
Lo peor es que estas personas están presentes en todo lugar. incluso existe el infortunio que no solo tengas un personaje de esta talla en tu trabajo sino también en tu comunidad, en donde estudies o peor aun dentro de tu hogar.
¿En que nos diferenciamos de esas personas? ¿porque el dedo acusador de otros siempre gira hacia tu en lugar de señalar a los causante de tu desborde emocional?
Pasa lo siguientes. Así como existen las personas que te acabo de describir hay también personas que son genuinas en su forma de ser, se expresan ante toda situación de manera libre y sincera, lo que a veces resulta un tanto negativo porque solo ellos quedan vulnerables ante situaciones que no fueron generadas por los mismos sino que alguien más fue llenando su vaso de agua hasta que rebasa.
Si bien tirar la piedra sería como crear una polémica, lanzar una acusación, dar un aviso sobre algo, “calentar el ambiente” o iniciar una pelea y cuando ya se halla logrado, Esconden la mano para esconderse, retirarse, desaparecer, no responsabilizarse de las repercusiones que haya tenido el “lanzamiento de la piedra” para que no se les involucren en ello.
La gente cobarde es especialista en tirar la piedra y esconder la mano y muchas veces se crean auténticas crisis simplemente porque alguien inicia un rumor, muchas veces falso, pero se empieza a hablar de ello y al final se crean conflictos. Si se dice algo hay que aceptar las consecuencias, ya que lo de tirar la piedra y esconder la mano, a la larga es muy contraproducente. Pero bueno, allá cada cual con sus actos, Es como llamar la atención, hacer saltar una alarma y luego desaparecer para que no sepan quién ha sido.